Una comisión independiente a la que la Iglesia católica portuguesa encargó investigar violencias sexuales cometidas por el clero contra menores desde 1950 publicó sus conclusiones tras recabar cientos de testimonios.
Del total de las denuncias recibidas, la comisión ha enviado a la Justicia apenas 25 casos porque, en su mayoría, ya están prescritos, aunque la comisión prepara una lista con los abusadores todavía en activo.
La mayoría de los abusadores eran hombres (96 %) y sacerdotes (alrededor del 70 %). Y los abusos se produjeron en seminarios, centros de acogida, escuelas o instituciones deportivas.
Por zonas, los delitos se registraron en el todo el país, con especial incidencia en Lisboa, Oporto y Braga.
La comisión reclamó la acción decidida de la Justicia y pidió atención psicológica para las víctimas y la suspensión de la prescripción del delito durante 30 años.
Promesa del Papa Francisco
En 2019, Francisco prometió luchar contra de la pedofilia en el seno de la Iglesia, después de que salieron a la luz miles de casos de abusos cometidos por miembros del clero. Varios países han publicado informes para arrojar luz sobre el fenómeno, entre ellos destaca Francia, Irlanda, Alemania, Australia o Países Bajos.
Los obispos portugueses se reunirán a inicio de marzo para sacar conclusiones del informe y “erradicar en la medida de lo posible esta lacra de la vida de la Iglesia”, expresó en enero el secretario de la conferencia episcopal, el padre Manuel Barbosa.